19 no hubo ciudad que hiciera paz con los israelitas, excepto los jivitas
que vivían en Gabaón: de todas se apoderaron por la fuerza.
20 Porque de Yahveh provenía el endurecer su corazón para combatir
a Israel, para ser así consagradas al anatema sin remisión y para
ser
exterminadas, como había mandado Yahveh a Moisés.