21 Por entonces fue Josué y exterminó a los anaquitas de la Montaña,
de Hebrón, de Debir, de Anab, de toda la montaña de Judá y de
toda la
montaña de Israel: los consagró al anatema con sus ciudades.
22 No quedó un anaquita en el país de los israelitas; sólo quedaron en
Gaza, Gad y Asdod.
23 Josué se apoderó de toda la tierra tal como Yahveh le había dicho a
Moisés, y se la dio en herencia a Israel según las suertes de las tribus. Y el
país vivió en paz tras la guerra.