Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Josué 14, 2-15

2 El reparto para las nueve tribus de Israel y la media tribu se hizo a
suertes, como Yahveh había ordenado por medio de Moisés.

3 Porque Moisés había dado su heredad a las dos tribus y media de
Transjordania sin dar a los levitas heredad entre ellas.

4 Pues los hijos de José vinieron a formar dos tribus: Manasés y
Efraím, pero a los levitas no se les dio ninguna parte en el
territorio sino
sólo ciudades para residir, con los pastos correspondientes para sus ganados
y su hacienda.

5 Como Yahveh había mandado a Moisés, así hicieron los israelitas en
el reparto de la tierra.

6 Se acercaron los hijos de Judá a Josué en Guilgal, y Caleb, hijo de
Yefunné el quenizita, le dijo: «Ya sabes lo que le dijo Yahveh a Moisés, el
hombre de Dios, de ti y de mí en Cadés Barnea.

7 Cuarenta años tenía yo cuando Moisés, siervo de Yahveh, me envió
de Cadés Barnea a explorar esta tierra y yo le di un informe con
toda
sinceridad.

8 Los hermanos que habían subido conmigo desanimaron al pueblo,
pero yo me mantuve fiel a Yahveh mi Dios.

9 Aquel día Moisés hizo este juramento: “Te juro que la tierra que ha
hollado tu pie será heredad tuya y de tus hijos para siempre. Porque has sido
fiel a Yahveh mi Dios.”

10 Pues ahora mira cómo Yahveh me ha conservado con vida según lo
prometió. Hace 45 años que Yahveh le dijo esto a Moisés, cuando Israel iba
por el desierto, y ahora tengo 85 años.

11 Todavía estoy tan fuerte como el día en que Moisés me envió.

Conservo todo mi vigor de entonces para combatir y para ir y venir.

12 Dame ya esta montaña que me prometió Yahveh aquel día. Ya
entonces supiste que hay en ella anaquitas y ciudades grandes y fuertes. Si
Yahveh está conmigo, los expulsaré, como me prometió Yahveh.»

13 Josué bendijo a Caleb, hijo de Yefunné, y le dio Hebrón por
heredad.

14 Por eso Hebrón sigue siendo hasta el día de hoy heredad de Caleb,
hijo de Yefunné el quenizita, por haber sido fiel a Yahveh, Dios de Israel.

15 El nombre primitivo de Hebrón era Quiryat Arbá. Arbá era el
hombre más alto entre los anaquitas. Y el país vivió en paz tras la guerra.