2 «Habla a los israelitas y diles: Señalaos las ciudades de asilo de las
que os hablé por medio de Moisés,
3 a las que pueda huir el homicida que haya matado a alguien por
inadvertencia (sin querer), y que le sirvan de asilo contra el vengador de la
sangre.
4 (El homicida huirá a una de estas ciudades: se detendrá a la entrada
de la puerta de la ciudad y expondrá su caso a los ancianos de la ciudad.
Estos le admitirán en su ciudad y le señalarán una casa para que habite con
ellos.
5 Si el vengador de la sangre le persigue, no le entregarán al homicida
en su manos, pues ha herido a su prójimo sin querer, y no le
tenía odio
anteriormente.