Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Josué 24, 8-19

8 Os introduje después en la tierra de los amorreos, que habitaban al
otro lado del Jordán; ellos os declararon la guerra y yo los
entregué en
vuestras manos; y así pudisteis poseer su tierra, porque yo los
exterminé
delante de vosotros.

9 Después se levantó Balaq, hijo de Sippor, rey de Moab, para pelear
contra Israel, y mandó llamar a Balaam, hijo de Beor, para que os maldijera.


10 Pero no quise escuchar a Balaam, y hasta tuvo que bendeciros; así
os salvé yo de su mano.

11 «Pasasteis el Jordán y llegasteis a Jericó; pero las gentes de Jericó
os hicieron la guerra, igual que los amorreos, los perizitas, los cananeos, los
hititas, los guirgasitas, los jivitas y los jebuseos, pero yo los
entregué en
vuestras manos.

12 Mandé delante de vosotros avispas que expulsaron, antes que
llegarais, a los dos reyes de los amorreos; no fue con tu espada ni con tu
arco.

13 Os he dado una tierra que no os ha costado fatiga, unas ciudades
que no habéis construido y en las que sin embargo habitáis, viñas y olivares
que no habéis plantado y de las que os alimentáis.

14 «Ahora, pues, temed a Yahveh y servidle perfectamente, con
fidelidad; apartaos de los dioses a los que sirvieron vuestros
padres más
allá del Río y en Egipto y servid a Yahveh.

15 Pero, si no os parece bien servir a Yahveh, elegid hoy a quién
habéis de servir, o a los dioses a quienes servían vuestros padres más allá
del Río, o a los dioses de los amorreos en cuyo país habitáis ahora. Yo y mi
familia serviremos a Yahveh.»

16 El pueblo respondió: «Lejos de nosotros abandonar a Yahveh para
servir a otros dioses.

17 Porque Yahveh nuestro Dios es el que nos hizo subir, a nosotros y
a nuestros padres, de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre, y el que
delante de nuestros ojos obró tan grandes señales y nos guardó por todo el
camino que recorrimos y en todos los pueblos por los que pasamos.

18 Además Yahveh expulsó delante de nosotros a todos esos pueblos
y a los amorreos que habitaban en el país. También nosotros serviremos a
Yahveh, porque él es nuestro Dios.»

19 Entonces Josué dijo al pueblo: «No podréis servir a Yahveh,
porque es un Dios santo, es un Dios celoso, que no perdonará ni vuestras
rebeldías ni vuestros pecados.