8 Así lo hicieron los israelitas, según las órdenes de Josué: sacaron
doce piedras del medio del Jordán, según el número de las tribus israelitas,
como había mandado Yahveh a Josué, las llevaron al lugar donde iban
a
pasar la noche y las depositaron allí.
9 Y Josué levantó doce piedras en medio del Jordán, donde habían
pisado los pies de los sacerdotes portadores del arca de la alianza,
y allí
están todavía hoy.
10 Los sacerdotes portadores del arca estaban parados en medio del
Jordán hasta que se cumpliera todo lo que Yahveh había mandado a Josué
que dijera al pueblo (según todo lo que Moisés había ordenado a Josué); y
el pueblo se apresuró a pasar.
11 En cuanto terminó de pasar todo el pueblo, pasó el arca de Yahveh,
yendo los sacerdotes a la cabeza del pueblo.
12 Los rubenitas, los gaditas y la media tribu de Manasés pasaron en
orden de batalla al frente de los israelitas, como les había dicho Moisés.
13 Pasaron unos 40.000 guerreros armados, dispuestos al combate,
delante de Yahveh, hacia la llanura de Jericó.
14 Aquel día Yahveh engrandeció a Josué delante de todo Israel; y le
respetaron a él como habían respetado a Moisés durante toda su vida.
15 Yahveh dijo a Josué:
16 «Manda a los sacerdotes que llevan el arca del Testimonio que
salgan del Jordán.»
17 Josué mandó a los sacerdotes: «Salid del Jordán.»
18 Cuando los sacerdotes portadores del arca de la alianza de Yahveh
salieron del Jordán, apenas las plantas de sus pies tocaron la orilla, las aguas
del Jordán volvieron a su cauce y empezaron a correr como antes, por todas
sus riberas.
19 El pueblo salió del Jordán el día diez del mes primero y acamparon
en Guilgal al oriente de Jericó.