31 como había mandado Moisés, siervo de Yahveh, a los israelitas,
según está escrito en el libro de la Ley de Moisés: un altar de piedras sin
labrar, a las que no haya tocado el hierro. Ofrecieron sobre él holocaustos a
Yahveh e inmolaron sacrificios de comunión.
32 Josué escribió allí mismo, sobre las piedras, una copia de la Ley
que Moisés había escrito delante de los israelitas.
33 Y todo Israel, sus ancianos, sus escribas y sus jueces, de pie a los
lados del arca, delante de los sacerdotes levitas que llevaban el arca de la
alianza de Yahveh, todos, tanto forasteros como ciudadanos, se
colocaron
la mitad en la falda del monte Garizim y la otra mitad en la falda del monte
Ebal, según la orden de Moisés, siervo de Yahveh, para bendecir por
primera vez al pueblo de Israel.
34 Luego, Josué leyó todas las palabras de la Ley - la bendición y la
maldición - a tenor de cuanto está escrito en el libro de la Ley.