13 Estos odres de vino, que eran nuevos cuando los llenamos, se han
roto; nuestras sandalias y nuestros vestidos están gastados por lo largo del
camino.»
14 Los hombres hicieron aprecio de sus provisiones sin consultar el
oráculo de Yahveh.
15 Josué hizo las paces con ellos, hizo con ellos pacto de conservarles
la vida, y los principales de la comunidad se lo juraron.
16 Sucedió que, al cabo de tres días de cerrado este pacto, supieron
que vivían cerca y habitaban en medio de Israel.
17 Los israelitas partieron del campamento y llegaron al tercer día a
sus ciudades, que eran Gabaón, Kefirá, Beerot y Quiryat Yearim.
18 Los israelitas no los mataron porque los principales de
la
comunidad se lo habían jurado por Yahveh Dios de Israel. Pero toda
la
comunidad murmuró de los principales.
19 Todos los principales declararon a la comunidad reunida:
«Nosotros lo hemos jurado por Yahveh Dios de Israel; no podemos, pues,
tocarlos.
20 Lo que hemos de hacer con ellos es: Déjalos con vida para que no
venga sobre nosotros la Cólera por el juramento que hemos hecho.»
21 Les dijeron también los principales: «Que vivan, pero que sean
leñadores y aguadores de toda la comunidad.» Así les dijeron
los
principales.
22 Josué los llamó y les dijo: «¿Por qué nos habéis engañado
diciendo: «Vivimos muy lejos de vosotros», siendo así que habitáis en
medio de nosotros?
23 Sois, pues, unos malditos y nunca dejaréis de servir como
leñadores y aguadores de la casa de mi Dios.»
24 Le respondieron a Josué: «Es que tus siervos estaban bien
enterados de la orden que había dado Yahveh tu Dios a Moisés su siervo, de
entregaros todo este país y exterminar delante de vosotros a todos
sus
habitantes. Temimos mucho por nuestras vidas a vuestra llegada y por eso
hemos hecho esto.