9 La Palabra era la luz verdadera que ilumina a todo hombre que viene
a este mundo.
10 En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por ella, y el mundo no
la conoció.
11 Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.
12 Pero a todos los que la recibieron les dio poder de hacerse hijos de
Dios, a los que creen en su nombre;
13 la cual no nació de sangre, ni de deseo de hombre, sino que nació
de Dios.
14 Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y
hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único,
lleno de gracia y de verdad.
15 Juan da testimonio de él y clama: «Este era del que yo dije: El que
viene detrás de mí se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo.»
16 Pues de su plenitud hemos recibido todos, y gracia por gracia.
17 Porque la Ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad
nos han llegado por Jesucristo.
18 A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno
del Padre, él lo ha contado.
19 Y este fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron donde
él desde Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntarle: «¿Quién eres tú?»
20 El confesó, y no negó; confesó: «Yo no soy el Cristo.»
21 Y le preguntaron: «¿Qué, pues? ¿Eres tú Elías?» El dijo: «No lo
soy.» - «¿Eres tú el profeta?» Respondió: «No.»