...la Biblia de Jerusalén
Juan 10, 27-31
27 Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen.
28 Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará
de mi mano.
29 El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie
puede arrebatar nada de la mano del Padre.
30 Yo y el Padre somos uno.»
31 Los judíos trajeron otra vez piedras para apedrearle.