...la Biblia de Jerusalén
Juan 11, 4-28
4 Al oírlo Jesús, dijo: «Esta enfermedad no es de muerte, es para la
gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella.»
5 Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro.
6 Cuando se enteró de que estaba enfermo, permaneció dos días más
en el lugar donde se encontraba.
7 Al cabo de ellos, dice a sus discípulos: «Volvamos de nuevo a
Judea.»
8 Le dicen los discípulos: «Rabbí, con que hace poco los judíos
querían apedrearte, ¿y vuelves allí?»
9 Jesús respondió: «¿No son doce las horas del día? Si uno anda de
día, no tropieza, porque ve la luz de este mundo;
10 pero si uno anda de noche, tropieza, porque no está la luz en él.»
11 Dijo esto y añadió: «Nuestro amigo Lázaro duerme; pero voy a
despertarle.»
12 Le dijeron sus discípulos: «Señor, si duerme, se curará.»
13 Jesús lo había dicho de su muerte, pero ellos creyeron que hablaba
del descanso del sueño.
14 Entonces Jesús les dijo abiertamente: «Lázaro ha muerto,
15 y me alegro por vosotros de no haber estado allí, para que creáis.
Pero vayamos donde él.»
16 Entonces Tomás, llamado el Mellizo, dijo a los otros discípulos:
«Vayamos también nosotros a morir con él.»
17 Cuando llegó Jesús, se encontró con que Lázaro llevaba ya cuatro
días en el sepulcro.
18 Betania estaba cerca de Jerusalén como a unos quince estadios,
19 y muchos judíos habían venido a casa de Marta y María para
consolarlas por su hermano.
20 Cuando Marta supo que había venido Jesús, le salió al encuentro,
mientras María permanecía en casa.
21 Dijo Marta a Jesús: «Señor, si hubieras estado aquí, no habría
muerto mi hermano.
22 Pero aun ahora yo sé que cuanto pidas a Dios, Dios te lo
concederá.»
23 Le dice Jesús: «Tu hermano resucitará.»
24 Le respondió Marta: «Ya sé que resucitará en la resurrección, el
último día.»
25 Jesús le respondió: «Yo soy la resurrección El que cree en mí,
aunque muera, vivirá;
26 y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?»
27 Le dice ella: «Sí, Señor, yo creo que tú eres el Cristo, el Hijo de
Dios, el que iba a venir al mundo.»
28 Dicho esto, fue a llamar a su hermana María y le dijo al oído: «El
Maestro está ahí y te llama.»