18 «En verdad, en verdad te digo: cuando eras joven, tú mismo te
ceñías, e ibas adonde querías; pero cuando llegues a viejo,
extenderás tus
manos y otro te ceñirá y te llevará adonde tú no quieras.»
19 Con esto indicaba la clase de muerte con que iba a glorificar a
Dios. Dicho esto, añadió: «Sígueme.»
20 Pedro se vuelve y ve siguiéndoles detrás, al discípulo a quién Jesús
amaba, que además durante la cena se había recostado en su pecho y
le
había dicho: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?»
21 Viéndole Pedro, dice a Jesús: «Señor, y éste, ¿qué?»