...la Biblia de Jerusalén
Juan 4, 37-42
37 Porque en esto resulta verdadero el refrán de que uno es el
sembrador y otro el segador:
38 yo os he enviado a segar donde vosotros no os habéis fatigado.
Otros se fatigaron y vosotros os aprovecháis de su fatiga.»
39 Muchos samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por las
palabras de la mujer que atestiguaba: «Me ha dicho todo lo que he hecho.»
40 Cuando llegaron donde él los samaritanos, le rogaron que se
quedara con ellos. Y se quedó allí dos días.
41 Y fueron muchos más los que creyeron por sus palabras,
42 y decían a la mujer: «Ya no creemos por tus palabras; que nosotros
mismos hemos oído y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del
mundo.»