Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Juan 6, 11-30

11 Tomó entonces Jesús los panes y, después de dar gracias, los
repartió entre los que estaban recostados y lo mismo los peces, todo lo que
quisieron.

12 Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los trozos
sobrantes para que nada se pierda.»

13 Los recogieron, pues, y llenaron doce canastos con los trozos de los
cinco panes de cebada que sobraron a los que habían comido.

14 Al ver la gente la señal que había realizado, decía: «Este es
verdaderamente el profeta que iba a venir al mundo.»

15 Dándose cuenta Jesús de que intentaban venir a tomarle por la
fuerza para hacerle rey, huyó de nuevo al monte él solo.

16 Al atardecer, bajaron sus discípulos a la orilla del mar,

17 y subiendo a una barca, se dirigían al otro lado del mar, a
Cafarnaúm. Había ya oscurecido, y Jesús todavía no había venido donde
ellos;

18 soplaba un fuerte viento y el mar comenzó a encresparse.

19 Cuando habían remado unos veinticinco o treinta estadios, ven a
Jesús que caminaba sobre el mar y se acercaba a la barca, y tuvieron miedo.

20 Pero él les dijo: «Soy yo. No temáis.»

21 Quisieron recogerle en la barca, pero en seguida la barca tocó tierra
en el lugar a donde se dirigían.

22 Al día siguiente, la gente que se había quedado al otro lado del
mar, vio que allí no había más que una barca y que Jesús no había montado


en la barca con sus discípulos, sino que los discípulos se habían marchado
solos.

23 Pero llegaron barcas de Tiberíades cerca del lugar donde habían
comido pan.

24 Cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus
discípulos, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaúm, en busca de Jesús.

25 Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: «Rabbí, ¿cuándo has
llegado aquí?»

26 Jesús les respondió: «En verdad, en verdad os digo: vosotros me
buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los
panes y os habéis saciado.

27 Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que
permanece para vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre,
porque a
éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello.»

28 Ellos le dijeron: «¿Qué hemos de hacer para obrar las obras de
Dios?»

29 Jesús les respondió: «La obra de Dios es que creáis en quien él ha
enviado.»

30 Ellos entonces le dijeron: «¿Qué señal haces para que viéndola
creamos en ti? ¿Qué obra realizas?