12 Entre la gente había muchos comentarios acerca de él. Unos
decían: «Es bueno.» Otros decían: «No, sino que engaña al pueblo.»
13 Pero nadie hablaba de él abiertamente por miedo a los judíos.
14 Mediada ya la fiesta, subió Jesús al Templo y se puso a enseñar.
15 Los judíos, asombrados, decían: «¿Cómo entiende de letras sin
haber estudiado?»
16 Jesús les respondió: «Mi doctrina no es mía, sino del que me ha
enviado.
17 Si alguno quiere cumplir su voluntad, verá si mi doctrina es de
Dios o hablo yo por mi cuenta.
18 El que habla por su cuenta, busca su propia gloria; pero el que
busca la gloria del que le ha enviado, ese es veraz; y no hay impostura en él.
19 ¿No es Moisés el que os dio la Ley? Y ninguno de vosotros cumple
la Ley. ¿Por qué queréis matarme?»
20 Respondió la gente: «Tienes un demonio. ¿Quién quiere matarte?»
21 Jesús les respondió: «Una sola obra he hecho y todos os
maravilláis.
22 Moisés os dio la circuncisión (no que provenga de Moisés, sino de
los patriarcas) y vosotros circuncidáis a uno en sábado.