15 Vosotros juzgáis según la carne; yo no juzgo a nadie;
16 y si juzgo, mi juicio es verdadero, porque no estoy yo solo, sino yo
y el que me ha enviado.
17 Y en vuestra Ley está escrito que el testimonio de dos personas es
válido.
18 Yo soy el que doy testimonio de mí mismo y también el que me ha
enviado, el Padre, da testimonio de mí.»
19 Entonces le decían: «¿Dónde está tu Padre?» Respondió Jesús: «No
me conocéis ni a mí ni a mi Padre; si me conocierais a mí,
conoceríais
también a mi Padre.»
20 Estas palabras las pronunció en el Tesoro, mientras enseñaba en el
Templo. Y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.