20 Estas palabras las pronunció en el Tesoro, mientras enseñaba en el
Templo. Y nadie le prendió, porque aún no había llegado su hora.
21 Jesús les dijo otra vez: «Yo me voy y vosotros me buscaréis, y
moriréis en vuestro pecado. Adonde yo voy, vosotros no podéis ir.»
22 Los judíos se decían: «¿Es que se va a suicidar, pues dice: “Adonde
yo voy, vosotros no podéis ir?»
23 El les decía: «Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba. Vosotros
sois de este mundo, yo no soy de este mundo.
24 Ya os he dicho que moriréis en vuestros pecados, porque si no
creéis que Yo Soy, moriréis en vuestros pecados.»
25 Entonces le decían: «¿Quién eres tú?» Jesús les respondió: «Desde
el principio, lo que os estoy diciendo.
26 Mucho podría hablar de vosotros y juzgar pero el que me ha
enviado es veraz, y lo que le he oído a él es lo que hablo al mundo.»
27 No comprendieron que les hablaba del Padre.
28 Les dijo, pues, Jesús: «Cuando hayáis levantado al Hijo del
hombre, entonces sabréis que Yo Soy, y que no hago nada por mi
propia
cuenta; sino que, lo que el Padre me ha enseñado, eso es lo que hablo.