Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Juan 8, 46-54

46 ¿Quién de vosotros puede probar que soy pecador? Si digo la
verdad, ¿por qué no me creéis?

47 El que es de Dios, escucha las palabras de Dios; vosotros no las
escucháis, porque no sois de Dios.»

48 Los judíos le respondieron: «¿No decimos, con razón, que eres
samaritano y que tienes un demonio?»

49 Respondió Jesús: «Yo no tengo un demonio; sino que honro a mi
Padre, y vosotros me deshonráis a mí.

50 Pero yo no busco mi gloria; ya hay quien la busca y juzga.

51 En verdad, en verdad os digo: si alguno guarda mi Palabra, no verá
la muerte jamás.»

52 Le dijeron los judíos: «Ahora estamos seguros de que tienes un
demonio. Abraham murió, y también los profetas; y tú dices: “Si
alguno
guarda mi Palabra, no probará la muerte jamás.”

53 ¿Eres tú acaso más grande que nuestro padre Abraham, que murió?

También los profetas murieron. ¿Por quién te tienes a ti mismo?»

54 Jesús respondió: «Si yo me glorificara a mí mismo, mi gloria no
valdría nada; es mi Padre quien me glorifica, de quien vosotros decís: “El es
nuestro Dios”,