13 son olas salvajes del mar, que echan la espuma de su propia
vergüenza, estrellas errantes a quienes está reservada la oscuridad de
las
tinieblas para siempre.
14 Henoc, el séptimo después de Adán, profetizó ya sobre ellos:
«Mirad, el Señor ha venido con sus santas miríadas
15 para realizar el juicio contra todos y dejar convictos a todos
los
impíos de todas las obras de impiedad que realizaron y de todas las palabras
duras que hablaron contra él los pecadores impíos.»
16 Estos son unos murmuradores, descontentos de su suerte, que viven
según sus pasiones, = cuya boca dice palabras altisonantes, = que adulan
por interés.
17 En cambio vosotros, queridos, acordaos de las predicciones de los
apóstoles de nuestro Señor Jesucristo.
18 Ellos os decían: «Al fin de los tiempos aparecerán hombres
sarcásticos que vivirán según sus propias pasiones impías.»
19 Estos son los que crean divisiones, viven una vida sólo natural sin
tener el espíritu.
20 Pero vosotros, queridos, edificándoos sobre vuestra santísima fe y
orando en el Espíritu Santo,
21 manteneos en la caridad de Dios, aguardando la misericordia de
nuestro Señor Jesucristo para vida eterna.
22 A unos, a los que vacilan, tratad de convencerlos;
23 a otros, tratad de salvarlos arrancándolos del fuego; y a otros
mostradles misericordia con cautela, odiando incluso la túnica manchada
por su carne.
24 Al que es capaz de guardaros inmunes de caída y de presentaros sin
tacha ante su gloria con alegría,