19 Se quedaban admirados de su belleza y, por ella, admiraban a los
israelitas, diciéndose unos a otros: «¿Quién puede menospreciar a un pueblo
que tiene mujeres como ésta? ¡Sería un error dejar con vida a uno solo de
ellos, porque los que quedaran, serían capaces de engañar a toda la tierra!»
20 Salieron, pues, los de la escolta personal de Holofernes y todos sus
servidores y la introdujeron en la tienda.
21 Estaba Holofernes descansando en su lecho, bajo colgaduras de
oro y púrpura recamadas de esmeraldas y piedras preciosas.