8 «¡Que el Dios de nuestros padres te haga alcanzar favor y dé
cumplimiento a tus designios, para gloria de los hijos de Israel y exaltación
de Jerusalén!»
9 Ella adoró a Dios y les dijo: «Mandad que me abran la puerta de la
ciudad para que vaya a poner por obra los deseos de que me habéis
hablado.» Ellos mandaron a los jóvenes que le abrieran, tal como lo pedía.