Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Judit 12, 1-19

1 Mandó luego que la introdujeran donde tenía su vajilla y ordenó
que le sirvieran de sus propios manjares y le dieran a beber de su propio
vino.

2 Pero Judit dijo: «No debo comer esto, para que no me sea ocasión
de falta. Se me dará de las provisiones que traje conmigo.»


3 Holofernes le dijo: «Cuando se te acaben las cosas que tienes, ¿de
dónde podremos traerte otras iguales? Porque no hay nadie de los
tuyos
con nosotros.»

4 Respondió Judit: «Por tu vida, mi señor; que, antes que tu sierva
haya consumido lo que traje, cumplirá el Señor, por mi
mano, sus
designios.»

5 Los siervos de Holofernes la condujeron a la tienda, y ella durmió
hasta media noche. Al acercarse la vigilia de la aurora, se levantó,

6 y envió a decir a Holofernes: «Ordene mi señor que se dé a tu sierva
permiso para salir a orar.»

7 Holofernes ordenó a su escolta que no se lo impidieran. Judit
permaneció tres días en el campamento. Cada noche se dirigía hacia
el
barranco de Betulia y se lavaba en la fuente donde estaba el puesto
de
guardia.

8 A su regreso, suplicaba al Señor, Dios de Israel, que diese buen fin
a sus proyectos para exaltación de los hijos de su pueblo.

9 Y, ya purificada, entraba en la tienda y allí permanecía hasta que le
traían su comida de la tarde.

10 Al cuarto día, dio Holofernes un banquete exclusivamente para sus
oficiales; no invitó a ninguno de los encargados de los servicios.

11 Dijo, pues, a Bagoas, el eunuco que tenía al frente de sus
negocios: «Trata de persuadir a esa mujer hebrea que tienes contigo,
que
venga a comer y beber con nosotros.

12 Sería una vergüenza para nosotros que dejáramos marchar a tal
mujer sin habernos entretenido con ella. Si no somos capaces de atraerla,
luego hará burla de nosotros.»

13 Salió Bagoas de la presencia de Holofernes, entró en la tienda de
Judit y dijo: «Que esta bella esclava no se niegue a venir donde mi señor,
para ser honrada en su presencia, para beber vino alegremente con nosotros
y ser, en esta ocasión, como una de las hijas de los asirios que viven en el
palacio de Nabucodonosor.»

14 Judit le respondió: «¿Quién soy yo para oponerme a mi señor?
Haré prontamente todo cuanto le agrade y ello será para mí motivo de gozo
mientras viva.»

15 Después se levantó y se engalanó con sus vestidos y todos sus
ornatos femeninos. Se adelantó su sierva para extender en tierra,
frente a
Holofernes, los tapices que había recibido de Bagoas para el uso cotidiano,
con el fin de que pudiera tomar la comida reclinada sobre ellos.

16 Entrando luego Judit, se reclinó. El corazón de Holofernes quedó
arrebatado por ella, su alma quedó turbada y experimentó un violento deseo
de unirse a ella, pues desde el día que la vio, andaba buscando ocasión de
seducirla.


17 Díjole Holofernes: «¡Bebe, pues, y comparte la alegría con
nosotros!»

18 Judit respondió: «Beberé señor; pues nunca, desde el día en que
nací, nunca estimé en tanto mi vida como ahora.»

19 Y comió y bebió, frente a él, sirviéndose de las provisiones que su
sierva había preparado.