5 Los siervos de Holofernes la condujeron a la tienda, y ella durmió
hasta media noche. Al acercarse la vigilia de la aurora, se levantó,
6 y envió a decir a Holofernes: «Ordene mi señor que se dé a tu sierva
permiso para salir a orar.»
7 Holofernes ordenó a su escolta que no se lo impidieran. Judit
permaneció tres días en el campamento. Cada noche se dirigía hacia
el
barranco de Betulia y se lavaba en la fuente donde estaba el puesto
de
guardia.
8 A su regreso, suplicaba al Señor, Dios de Israel, que diese buen fin
a sus proyectos para exaltación de los hijos de su pueblo.
9 Y, ya purificada, entraba en la tienda y allí permanecía hasta que le
traían su comida de la tarde.
10 Al cuarto día, dio Holofernes un banquete exclusivamente para sus
oficiales; no invitó a ninguno de los encargados de los servicios.
11 Dijo, pues, a Bagoas, el eunuco que tenía al frente de sus
negocios: «Trata de persuadir a esa mujer hebrea que tienes contigo,
que
venga a comer y beber con nosotros.
12 Sería una vergüenza para nosotros que dejáramos marchar a tal
mujer sin habernos entretenido con ella. Si no somos capaces de atraerla,
luego hará burla de nosotros.»