4 Entonces, vosotros y todos los habitantes del territorio de Israel,
saldréis en su persecución y los abatiréis en la retirada.
5 «Pero antes, traed aquí a Ajior el ammonita, para que vea y
reconozca al que despreciaba a la casa de Israel, al que le envió a nosotros
como destinado a la muerte.»
6 Hicieron, pues, venir a Ajior desde la casa de Ozías. Al llegar y ver
que uno de los hombres de la asamblea del pueblo tenía en la mano
la
cabeza de Holofernes, cayó al suelo, desvanecido.
7 Cuando le reanimaron, se echó a los pies de Judit, se postró ante
ella y dijo: «¡Bendita seas en todas las tiendas de Judá y en
todas las
naciones que, cuando oigan pronunciar tu nombre, se sentirán turbadas!»