14 Sírvante a ti las criaturas todas, pues hablaste tú y fueron hechas,
enviaste tu espíritu y las hizo, y nadie puede resitir tu voz.
15 Pues los montes, desde sus cimientos, serán sacudidos con las
aguas; las rocas en tu presencia se fundirán como cera; pero con aquellos
que te temen, te muestras tú siempre propicio.
16 Porque es muy poca cosa todo sacrificio de calmante aroma, y
apenas es nada la grasa para serte ofrecida en holocausto. Mas quien teme
al Señor será grande para siempre.