18 Cuando llegaron a Jerusalén, adoraron a Dios, y una vez
purificado el pueblo, ofrecieron sus holocaustos, sus ofrendas voluntarias y
sus regalos.
19 Judit ofreció todo el mobiliario de Holofernes, que el pueblo le
había concedido, y entregó a Dios en anatema las colgaduras que ella
misma había tomado del dormitorio de Holofernes.