22 En acabando de decir Ajior todas estas palabras, se alzó un
murmullo entre toda la gente que estaba en torno de la tienda, y
los
magnates de Holofernes y los habitantes de la costa y de Moab hablaron de
despedazarle.
23 «¡No tememos a los israelitas! No son gente que tenga fuerza ni
vigor para un encuentro violento.