...la Biblia de Jerusalén
Judit 8, 7-8
7 Era muy bella y muy bien parecida. Su marido Manasés le había
dejado oro y plata, siervos y siervas, ganados y campos, quedando
ella
como dueña,
8 y no había nadie que pudiera decir de ella una palabra maliciosa,
porque tenía un gran temor de Dios.