5 Y cuando los ammonitas estaban atacando a Israel, los ancianos de
Galaad fueron a buscar a Jefté al país de Tob.
6 Dijeron a Jefté: «Ven, tú serás nuestro caudillo en la guerra con los
ammonitas.»
7 Pero Jefté respondió a los ancianos de Galaad: «¿No sois vosotros
los que me odiasteis y me echasteis de la casa de mi padre? ¿Por qué acudís
a mí ahora que estáis en aprieto?»
8 Los ancianos de Galaad replicaron a Jefté: «Por eso ahora volvemos
donde ti: ven con nosotros; tú atacarás a los ammonitas y serás nuestro jefe
y el de todos los habitantes de Galaad.»
9 Jefté respondió a los ancianos de Galaad: «Si me hacéis volver para
combatir a los ammonitas y Yahveh me los entrega, yo seré vuestro jefe.»
10 Respondieron a Jefté los ancianos de Galaad: «Yahveh sea testigo
entre nosotros si no hacemos como tú has dicho.»
11 Jefté partió con los ancianos de Galaad y el pueblo le hizo su jefe y
caudillo; y Jefté repitió todas sus condiciones delante de Yahveh en Mispá.
12 Jefté envió al rey de los ammonitas mensajeros que le dijeran:
«¿Qué tenemos que ver tú y yo para que vengas a atacarme en mi propio
país?»
13 El rey de los ammonitas respondió a los mensajeros de Jefté:
«Porque Israel, cuando subía de Egipto, se apoderó de mi país desde
el
Arnón hasta el Yabboq y el Jordán. Así que ahora devuélvemelo por
las
buenas.»