14 El les dijo: «Del que come salió comida, y del fuerte salió
dulzura.» A los tres días aún no habían acertado la adivinanza.
15 Al cuarto día dijeron a la mujer de Sansón: «Convence a tu marido
para que nos explique la adivinanza. Si no, te quemaremos a ti y a la casa
de tu padre. ¿O es que nos habéis invitado para robarnos?»
16 La mujer de Sansón se puso a llorar sobre él, y dijo: «Tú me odias
y no me amas. Has propuesto una adivinanza a los hijos de mi pueblo y a
mí no me la has explicado.» El le respondió: «Ni a mi padre ni a mi madre
se la he explicado ¿y te la voy a explicar a ti?»
17 Ella estuvo llorando encima de él los siete días que duró la fiesta.
Por fin el séptimo día se la explicó, porque lo tenía asediado y ella explicó
la adivinanza a los hijos de su pueblo.
18 El séptimo día, antes que entrara en la alcoba, la gente de la ciudad
dijo a Sansón: «¿Qué hay más dulce que la miel, y qué más fuerte que el
león?» El les respondió: «Si no hubierais arado con mi novilla, no habríais
acertado mi adivinanza.»
19 Luego el espíritu de Yahveh le invadió, bajó a Ascalón y mató allí
a treinta hombres, tomó sus despojos y entregó las mudas a los acertantes
de la adivinanza; luego, encendido en cólera, subió a la casa de su padre.
20 La mujer de Sansón pasó a ser de un compañero suyo, el que había
sido su amigo de confianza.