2 Subió y se lo dijo a su padre y a su madre: «He visto en Timná una
mujer de entre las hijas de los filisteos: tomádmela para esposa.»
3 Su padre y su madre le dijeron: «¿No hay ninguna mujer entre las
hijas de tus hermanos y en todo mi pueblo, para que vayas a tomar mujer
entre esos filisteos incircuncisos?» Pero Sansón respondió a su padre:
«Toma a ésa para mí, porque esa es la que me gusta.»
4 Su padre y su madre no sabían que esto venía de Yahveh, que
buscaba un pretexto contra los filisteos, pues por aquel tiempo los filisteos
dominaban a Israel.
5 Sansón bajó a Timná y al llegar a las viñas de Timná, vio un
leoncillo que venía rugiendo a su encuentro.
6 El espíritu de Yahveh le invadió, y sin tener nada en la mano,
Sansón despedazó al león como se despedaza un cabrito; pero no contó ni a
su padre ni a su madre lo que había hecho.
7 Bajó y habló con la mujer, la cual le agradó.
8 Algún tiempo después, volvió Sansón para casarse con ella. Dio un
rodeo para ver el cadáver del león y he aquí que en el cuerpo del león había
un enjambre de abejas con miel.
9 La recogió en su mano y según caminaba la iba comiendo. Cuando
llegó donde su padre y su madre les dio miel y comieron, pero no les dijo
que la había cogido del cadáver del león.
10 Su padre bajó donde la mujer y Sansón hizo allí un banquete, pues
así suelen hacer los jóvenes.
11 Pero, al verle, eligieron treinta compañeros para que estuvieran con
él.
12 Sansón les dijo: «Os voy a proponer una adivinanza. Si me dais la
solución dentro de los siete días de la fiesta y acertáis, os
daré treinta
túnicas y treinta mudas.
13 Pero si no podéis darme la solución, entonces me daréis vosotros
treinta túnicas y treinta mudas.» Ellos le dijeron: «Propón tu
adivinanza,
que te escuchamos.»