3 Y él le devolvió los 1.100 siclos de plata. Y su madre dijo: «Yo
consagré solemne y espontáneamente, por mi hijo, esta plata a Yahveh, para
hacer con ella una imagen y un ídolo de fundición, pero ahora te la
devuelvo.» Y él devolvió la plata a su madre.
4 Su madre tomó doscientos siclos de plata y los entregó al fundidor.
Este le hizo una imagen (y un ídolo de metal fundido) que quedó en casa
de Miqueas.
5 Este hombre, Miká, tenía una Casa de Dios; hizo un efod y unos
terafim e invistió a uno de sus hijos que vino a ser su sacerdote.
6 En aquel tiempo no había rey en Israel y hacía cada uno lo que le
parecía bien.