18 Y el otro le respondió: «Estamos de paso, venimos de Belén de
Judá y vamos hasta los confines de la montaña de Efraím, de donde soy. Fui
a Belén de Judá y ahora vuelvo a mi casa, pero nadie me ha
ofrecido su
casa.
19 Y eso que tenemos paja y forraje para nuestros asnos, y pan y vino
para mí, para tu sierva y para el joven que acompaña a tu siervo. No nos
falta de nada.»
20 El viejo le dijo: «La paz sea contigo; yo proveeré a todas tus
necesidades; pero no pases la noche en la plaza.»