23 El dueño de la casa salió donde ellos y les dijo: «No, hermanos
míos; no os portéis mal. Puesto que este hombre ha entrado en mi casa no
cometáis esa infamia.
24 Aquí está mi hija, que es doncella. Os la entregaré. Abusad de ella
y haced con ella lo que os parezca; pero no cometáis con este
hombre
semejante infamia.»
25 Pero aquellos hombres no quisieron escucharle. Entonces el
hombre tomó a su concubina y se la sacó fuera. Ellos la conocieron,
la
maltrataron toda la noche hasta la mañana y la dejaron al amanecer.