15 En todas sus campañas la mano de Yahveh intervenía contra ellos
para hacerles daño, como Yahveh se lo tenía dicho y jurado. Los puso así
en gran aprieto.
16 Entonces Yahveh suscitó jueces que los salvaron de la mano de los
que los saqueaban.
17 Pero tampoco a sus jueces los escuchaban. Se prostituyeron
siguiendo a otros dioses, y se postraron ante ellos. Se desviaron muy pronto
del camino que habían seguido sus padres, que atendían a los
mandamientos de Yahveh; no los imitaron.
18 Cuando Yahveh les suscitaba jueces, Yahveh estaba con el juez y
los salvaba de la mano de sus enemigos mientras vivía el juez,
porque
Yahveh se conmovía de los gemidos que proferían ante los que los
maltrataban y oprimían.
19 Pero cuando moría el juez, volvían a corromperse más todavía que
sus padres, yéndose tras de otros dioses, sirviéndoles y postrándose
ante
ellos, sin renunciar en nada a las prácticas y a la conducta obstinada de sus
padres.
20 Se encendió la ira de Yahveh contra el pueblo de Israel y dijo: «Ya
que este pueblo ha quebrantado la alianza que prescribí a sus padres y no
ha escuchado mi voz,
21 tampoco yo arrojaré en adelante de su presencia a ninguno de los
pueblos que dejó Josué cuando murió.»
22 Era para probar con ellos a Israel, a ver si seguían o no los caminos
de Yahveh, como los habían seguido sus padres.
23 Yahveh dejó en paz a estos pueblos, en vez de expulsarlos
enseguida, y no los puso en manos de Josué.