37 Los emboscados marcharon a toda prisa contra Guibeá, se
desplegaron y pasaron a cuchillo a toda la ciudad.
38 La gente de Israel y los emboscados habían convenido en levantar
una humareda, como señal, desde la ciudad;
39 entonces harían frente a los combatientes de Israel. Benjamín
comenzó matando a algunos israelitas, unos treinta hombres. Y se decían:
«Están completamente derrotados ante nosotros, como en la
primera
batalla.»
40 Pero entonces, la señal, la columna de humo, comenzó a levantarse
de la ciudad, y Benjamín, mirando atrás, vio que toda la ciudad
subía en
llamas al cielo.
41 Entonces los hombres de Israel hicieron frente y los benjaminitas
temblaron al ver la calamidad que se les venía encima.