2 El les respondió: «¿Qué he hecho yo en comparación de lo que
habéis hecho vosotros? ¿No vale más el rebusco de Efraím que la vendimia
de Abiézer?
3 Dios ha entregado a los jefes de Madián en vuestras manos, a Oreb y
a Zeeb. ¿Qué he podido hacer yo en comparación con vosotros?» Con estas
palabras que les dijo, se calmó su animosidad contra él.
4 Gedeón llegó al Jordán y lo pasó; pero él y los trescientos hombres
que tenía consigo estaban agotados por la persecución.
5 Dijo, pues, a la gente de Sukkot: «Dad, por favor, tortas de pan a la
tropa que me sigue, porque está agotada, y voy persiguiendo a Zébaj
y a
Salmunná, reyes de Madián.
6 Pero los jefes de Sukkot respondieron: «¿Acaso has sujetado ya las
manos de Zébaj y Salmunná para que demos pan a tu ejército?»
7 Gedeón les respondió: «Bien; cuando Yahveh haya entregado en mis
manos a Zébaj y a Salmunná, os desgarraré las carnes con espinas del
desierto y con cardos.»
8 De allí subió a Penuel y les habló de igual manera. Pero la gente de
Penuel le respondió como lo había hecho la gente de Sukkot.
9 El respondió a los de Penuel: «Cuando vuelva vencedor, derribaré
esa torre.»
10 Zébaj y Salmunná estaban en Carcor con su ejército, unos 15.000
hombres, todos los que habían quedado del ejército de los hijos de Oriente.
Los que habían caído eran 120.000 guerreros.