5 Al séptimo día el sacerdote lo examinará, y si comprueba que la
llaga se ha detenido, no se ha extendido por la piel, el sacerdote entonces lo
recluirá otros siete días.
6 Pasados estos siete días, el sacerdote lo examinará nuevamente: si ve
que la llaga ha perdido su color y no se ha extendido en la piel, el sacerdote
lo declarará puro; no se trata más que de una erupción. Lavará sus vestidos
y quedará puro.
7 Pero si después que el sacerdote le ha examinado y declarado puro,
sigue la erupción extendiéndose por la piel, se presentará de nuevo
al
sacerdote.
8 El sacerdote, al comprobar que la erupción se extiende por la piel, lo
declarará impuro: es un caso de lepra.
9 Cuando en un hombre se manifieste una llaga como de lepra, será
llevado al sacerdote.