28 untará con el aceite que tiene en su mano el lóbulo de la oreja
derecha del que se purifica, el pulgar de su mano derecha y el de
su pie
derecho, en el lugar donde puso la sangre de la víctima de reparación.
29 Derramará el resto del aceite que le quede en la mano sobre la
cabeza del que se purifica, haciendo expiación por él ante Yahveh.
30 Luego ofrecerá, conforme a los recursos suyos, una de las tórtolas
o de los pichones,
31 es decir, lo que alcanzan sus recursos, uno como sacrificio por el
pecado, y otro como holocausto, además de la oblación. De este modo el
sacerdote hará expiación ante Yahveh por aquel que se purifica.
32 Esta es la ley de purificación para aquel que tiene llaga de lepra y
cuyos recursos son limitados.
33 Yahveh habló a Moisés y a Aarón diciendo:
34 Cuando hayáis entrado en la tierra de Canaán que yo os doy en
posesión, y castigue con lepra alguna de las casas de la tierra que poseeréis,
35 el propietario de la casa irá a avisar al sacerdote, diciendo:
«Ha
aparecido algo como lepra en mi casa.»
36 El sacerdote, antes de entrar en la casa para examinar la lepra,
ordenará que desocupen la casa, para que nada quede inmundo de cuanto
hay en ella. Después entrará el sacerdote a examinar la casa.
37 Si al examinarla observa que la mancha forma en las paredes de la
casa cavidades verdosas y rojizas que parecen hundidas en la pared,
38 el sacerdote saldrá a la puerta de la casa y la cerrará durante siete
días.
39 Volverá al día séptimo, y si comprueba que la mancha se ha
extendido por las paredes de la casa,
40 mandará arrancar las piedras manchadas y arrojarlas fuera de la
ciudad en un lugar inmundo.
41 Hará raspar todo el interior de la casa; y echarán fuera de la ciudad,
en un lugar inmundo, el polvo que hayan quitado.
42 Luego tomarán otras piedras y las pondrán en lugar de las
primeras; y también argamasa nueva para revocar la casa.
43 Si la mancha vuelve a extenderse por la casa después de haber
arrancado las piedras, y de haberla raspado y revocado,
44 el sacerdote entrará de nuevo; y si comprueba que la mancha se ha
extendido por la casa, hay un caso de lepra maligna en la casa, y ésta es
impura.
45 Se derribará la casa. Sus piedras, sus maderas y todo el material de
la casa será sacado fuera de la ciudad a un lugar inmundo.
46 Quien entre en esa casa durante el tiempo que esté clausurada
quedará impuro hasta la tarde.
47 El que duerma en ella habrá de lavar sus vestidos; y también el que
coma en ella habrá de lavarlos.
48 Mas si el sacerdote comprueba al entrar que, después de revocada
la casa, la mancha no se ha extendido por ella, la declarará pura, pues se ha
curado del mal.
49 Entonces, para ofrecer por la casa un sacrificio por el pecado,
tomará dos pájaros, madera de cedro, púrpura escarlata e hisopo;
50 inmolará uno de los pájaros sobre una vasija de barro con agua viva
51 y, tomando la madera de cedro, el hisopo y la púrpura escarlata,
con el pájaro vivo, los mojará en la sangre del pájaro degollado y en el agua
viva; y rociará la casa siete veces.
52 Y, tras haber realizado el sacrificio por el pecado en favor de
la
casa con la sangre del pájaro, con el agua viva, el pájaro vivo, la madera de
cedro, el hisopo y la lana escarlata,
53 soltará el pájaro vivo fuera de la ciudad, en el campo. De este
modo hará expiación por la casa, la cual quedará pura.
54 Esta es la ley para toda clase de lepra o de tiña,
55 para la lepra del vestido y de la casa,