13 Cualquier hombre de la casa de Israel, o de los forasteros que
residen en medio de ellos, que cace un animal o un ave que es lícito comer,
derramará su sangre y la cubrirá con tierra.
14 Porque la vida de toda carne es su sangre. Por eso mando a los
israelitas: «No comeréis la sangre de ninguna carne, pues la vida de
toda
carne es su sangre. Quien la coma, será exterminado.»
15 Todo nativo o forastero que coma carne de bestia muerta o
destrozada lavará sus vestidos, se bañará en agua y quedará impuro hasta la
tarde; después será puro.