5 Los sacerdotes no se raparán la cabeza, ni se cortarán los bordes de
la barba, ni se harán incisiones en su cuerpo.
6 Santos han de ser para su Dios y no profanarán el nombre de su
Dios, pues son ellos los que presentan los manjares que se han de abrasar
para Yahveh, el alimento de su Dios; han de ser santos.
7 No tomarán por esposa a una mujer prostituta ni profanada, ni
tampoco una mujer repudiada por su marido; pues el sacerdote
está
consagrado a su Dios.
8 Le tendrás por santo, porque él es quien presenta el alimento de tu
Dios; por tanto será santo para ti, pues santo soy yo, Yahveh, el
que os
santifico.