2 Manda a los israelitas que te traigan para el alumbrado aceite puro
de oliva molida, para alimentar continuamente la llama.
3 Aarón lo preparará fuera del velo del Testimonio, en la Tienda del
Encuentro para que arda de continuo ante Yahveh desde la tarde hasta
la
mañana. Es decreto perpetuo para vuestros descendientes.
4 El colocará las lámparas sobre el candelabro puro que permanece
ante Yahveh.
5 Tomarás flor de harina, y cocerás con ella doce tortas, dos décimas
para cada una.
6 Las colocarás en dos filas, seis en cada fila, sobre la mesa pura en la
presencia de Yahveh.
7 Pondrás sobre cada fila incienso puro, que hará del pan
un
memorial, manjar abrasado para Yahveh.
8 Se colocará en orden cada sábado en presencia continua ante
Yahveh de parte de los israelitas, como alianza perpetua.
9 Será de Aarón y de sus hijos, y lo comerán en lugar sagrado; porque
lo considerarás como cosa sacratísima, de los manjares que se abrasan para
Yahveh. Decreto perpetuo.
10 Había salido con los israelitas el hijo de una mujer israelita y
de
padre egipcio. Cuando el hijo de la israelita y un hombre de Israel riñeron
en el campo,
11 el hijo de la israelita blasfemó y maldijo el Nombre, por lo que le
llevaron ante Moisés. Su madre se llamaba Selomit, hija de Dibrí, de
la
tribu de Dan.
12 Lo retuvieron en custodia hasta decidir el caso por sentencia de
Yahveh.
13 Y entonces Yahveh habló a Moisés y dijo:
14 Saca al blasfemo fuera del campamento; todos los que lo oyeron
pongan las manos sobre su cabeza, y que lo lapide toda la comunidad.
15 Y hablarás así a los israelitas: Cualquier hombre que maldiga a su
Dios, cargará con su pecado.
16 Quien blasfeme el Nombre de Yahveh, será muerto; toda la
comunidad lo lapidará. Sea forastero o nativo, si blasfema el Nombre,
morirá.