10 Comeréis de cosecha añeja y llegaréis a echar la añeja para dar
cabida a la nueva.
11 Estableceré mi morada en medio de vosotros y no os rechazaré.
12 Me pasearé en medio de vosotros, y seré para vosotros Dios, y
vosotros seréis para mí un pueblo.
13 Yo soy Yahveh, vuestro Dios, que os saqué del país de Egipto, para
que no fueseis sus esclavos; rompí las coyundas de vuestro yugo y os hice
andar con la cabeza erguida.
14 Pero si no me escucháis y no cumplís todos estos mandamientos;
15 si despreciáis mis preceptos y rechazáis mis normas, no haciendo
caso de todos mis mandamientos y rompiendo mi alianza,
16 también yo haré lo mismo con vosotros. Traeré sobre vosotros el
terror, la tisis y la fiebre, que os abrasen los ojos y os consuman el alma.
Sembraréis en vano vuestra semilla, pues se la comerán vuestros enemigos.
17 Me volveré contra vosotros y seréis derrotados ante vuestros
enemigos; os tiranizarán los que os aborrecen y huiréis sin que
nadie os
persiga.
18 Si ni aun con esto me obedecéis, volveré a castigaros siete veces
más por vuestros pecados.
19 Quebrantaré vuestra orgullosa fuerza y haré vuestro cielo como
hierro y vuestra tierra como bronce.
20 Vuestras fuerzas se consumirán en vano, pues vuestra tierra no dará
sus productos ni el árbol del campo sus frutos.
21 Y si seguís enfrentándoos conmigo y no queréis oírme, volveré a
castigaros siete veces más a causa de vuestros pecados.
22 Soltaré contra vosotros las fieras salvajes, que os privarán de
vuestros hijos, exterminarán vuestro ganado y os reducirán a unos pocos, de
modo que vuestros caminos queden desiertos.