24 Después Moisés hizo que se acercaran los hijos de Aarón, les untó
con la sangre el lóbulo de la oreja derecha, el pulgar de su mano derecha y
el de su pie derecho; y derramó la sangre sobre el altar, todo en derredor.
25 Tomó luego el sebo: el rabo, todo el sebo que cubre las entrañas, el
que queda junto al hígado, los dos riñones con su sebo y la pierna derecha.
26 Sacó del canastillo de los ázimos que estaba ante Yahveh un pan
ázimo, una torta de pan amasada con aceite y otra torta untada, y las puso
sobre el sebo y sobre la pierna derecha.
27 Entregó todo esto en manos de Aarón y en manos de sus hijos
haciéndolo mecer como ofrenda mecida ante Yahveh.
28 Moisés lo recibió de sus manos y lo quemó en el altar, encima del
holocausto. Era el sacrificio de investidura, calmante aroma,
manjar
abrasado en honor de Yahveh.
29 Moisés tomó entonces el pecho y lo meció como ofrenda mecida
ante Yahveh; era ésta la porción del carnero de la investidura que pertenecía
a Moisés, como Yahveh se lo había mandado.
30 Después Moisés tomó óleo de la unción y sangre de la que había
encima del altar, roció a Aarón y sus vestiduras de sus hijos. Así consagró a
Aarón y sus vestiduras, así como a sus hijos y las vestiduras de sus hijos.
31 Moisés dijo a Aarón y a sus hijos: «Coced la carne a la entrada de
la Tienda del Encuentro y comedla allí mismo; comed también el pan del
canastillo de la investidura tal como lo he mandado diciendo: Aarón y sus
hijos lo comerán.
32 Quemaréis la carne sobrante y el pan.
33 Y no os apartaréis de la entrada de la Tienda del Encuentro por
espacio de siete días, hasta el día en que se cumplan los días de
vuestra
investidura; porque siete días durará vuestra investidura.