60 pero su madre, tomando la palabra, dijo: «No; se ha de llamar
Juan.»
61 Le decían: «No hay nadie en tu parentela que tenga ese nombre.»
62 Y preguntaban por señas a su padre cómo quería que se le llamase.
63 El pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Y todos
quedaron admirados.
64 Y al punto se abrió su boca y su lengua, y hablaba bendiciendo a
Dios.
65 Invadió el temor a todos sus vecinos, y en toda la montaña de
Judea se comentaban todas estas cosas;
66 todos los que las oían las grababan en su corazón, diciendo: «Pues
¿qué será este niño?» Porque, en efecto, la mano del Señor estaba con él.
67 Zacarías, su padre, quedó lleno de Espíritu Santo, y profetizó
diciendo:
68 = «Bendito el Señor Dios de Israel = porque ha visitado y =
redimido a su pueblo. =
69 y nos ha suscitado una fuerza salvadora en la casa de David, su
siervo,
70 como había prometido desde tiempos antiguos, por boca de sus
santos profetas,
71 que nos salvaría de nuestros = enemigos y de las manos de = todos
= los que nos odiaban =
72 haciendo = misericordia = a = nuestros padres y recordando su =
santa = alianza =
73 y el juramento que juró a Abraham nuestro padre, de concedernos
74 que, libres de manos enemigas, podamos servirle sin temor
75 en santidad y justicia delante de él todos nuestros días.
76 Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo, pues irás delante =
del Señor = para = preparar sus caminos =
77 y dar a su pueblo conocimiento de salvación por el perdón de sus
pecados,
78 por las entrañas de misericordia de nuestro Dios, que harán que nos
visite una Luz de la altura,
79 a fin de iluminar = a los que habitan en tinieblas y sombras de
muerte = y guiar nuestros pasos por el = camino de la paz.» =
80 El niño crecía y su espíritu se fortalecía; vivió en los desiertos hasta
el día de su manifestación a Israel.