1 Y sucedió que, estando él orando en cierto lugar, cuando terminó, le
dijo uno de sus discípulos: «Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a
sus discípulos.»
2 El les dijo: «Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre,
venga tu Reino,
3 danos cada día nuestro pan cotidiano,
4 y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros
perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación.»
5 Les dijo también: «Si uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a
él a medianoche, le dice: “Amigo, préstame tres panes,
6 porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no tengo qué
ofrecerle”,
7 y aquél, desde dentro, le responde: “No me molestes; la puerta ya
está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo
levantarme a
dártelos”,