10 «Dos hombres subieron al templo a orar; uno fariseo, otro
publicano.
11 El fariseo, de pie, oraba en su interior de esta manera: “¡Oh Dios!
Te doy gracias porque no soy como los demás hombres, rapaces, injustos,
adúlteros, ni tampoco como este publicano.
12 Ayuno dos veces por semana, doy el diezmo de todas mis
ganancias.”