...la Biblia de Jerusalén
Lucas 18, 28-39
28 Dijo entonces Pedro: «Ya lo ves, nosotros hemos dejado nuestras
cosas y te hemos seguido.»
29 El les dijo: «Yo os aseguro que nadie que haya dejado casa, mujer,
hermanos, padres o hijos por el Reino de Dios,
30 quedará sin recibir mucho más al presente y, en el mundo venidero,
vida eterna.»
31 Tomando consigo a los Doce, les dijo: «Mirad que subimos a
Jerusalén, y se cumplirá todo lo que los profetas escribieron para el Hijo del
hombre;
32 pues será entregado a los gentiles, y será objeto de burlas, insultado
y escupido;
33 y después de azotarle le matarán, y al tercer día resucitará.»
34 Ellos nada de esto comprendieron; estas palabras les quedaban
ocultas y no entendían lo que decía.
35 Sucedió que, al acercarse él a Jericó, estaba un ciego sentado junto
al camino pidiendo limosna;
36 al oír que pasaba gente, preguntó qué era aquello.
37 Le informaron que pasaba Jesús el Nazoreo
38 y empezó a gritar, diciendo: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión
de mí!»
39 Los que iban delante le increpaban para que se callara, pero él
gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!»