3 Iban todos a empadronarse, cada uno a su ciudad.
4 Subió también José desde Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea,
a la ciudad de David, que se llama Belén, por ser él de la casa y familia de
David,
5 para empadronarse con María, su esposa, que estaba encinta.
6 Y sucedió que, mientras ellos estaban allí, se le cumplieron los días
del alumbramiento,
7 y dio a luz a su hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó
en un pesebre, porque no tenían sitio en el alojamiento.
8 Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y
vigilaban por turno durante la noche su rebaño.
9 Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió
en su luz; y se llenaron de temor.
10 El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que
lo será para todo el pueblo:
11 os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un salvador, que es el
Cristo Señor;
12 y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales
y acostado en un pesebre.»
13 Y de pronto se juntó con el ángel una multitud del ejército celestial,
que alababa a Dios, diciendo:
14 «Gloria a Dios en las alturas y en la tierra paz a los hombres
en
quienes él se complace.»
15 Y sucedió que cuando los ángeles, dejándoles, se fueron al cielo,
los pastores se decían unos a otros: «Vayamos, pues, hasta Belén y veamos
lo que ha sucedido y el Señor nos ha manifestado.»
16 Y fueron a toda prisa, y encontraron a María y a José, y al
niño
acostado en el pesebre.
17 Al verlo, dieron a conocer lo que les habían dicho acerca de aquel
niño;
18 y todos los que lo oyeron se maravillaban de lo que los pastores les
decían.
19 María, por su parte, guardaba todas estas cosas, y las meditaba en
su corazón.