12 «Pero, antes de todo esto, os echarán mano y os perseguirán,
entregándoos a las sinagogas y cárceles y llevándoos ante
reyes y
gobernadores por mi nombre;
13 esto os sucederá para que deis testimonio.
14 Proponed, pues, en vuestro corazón no preparar la defensa,
15 porque yo os daré una elocuencia y una sabiduría a la que no
podrán resistir ni contradecir todos vuestros adversarios.
16 Seréis entregados por padres, hermanos, parientes y amigos, y
matarán a algunos de vosotros,
17 y seréis odiados de todos por causa de mi nombre.
18 Pero no perecerá ni un cabello de vuestra cabeza.
19 Con vuestra perseverancia salvaréis vuestras almas.
20 «Cuando veáis a Jerusalén cercada por ejércitos, sabed entonces
que se acerca su desolación.
21 Entonces, los que estén en Judea, huyan a los montes; y los que
estén en medio de la ciudad, que se alejen; y los que estén en los campos,
que no entren en ella;
22 porque éstos son días de venganza, y se cumplirá todo cuanto está
escrito.
23 ¡Ay de las que estén encinta o criando en aquellos días! «Habrá, en
efecto, una gran calamidad sobre la tierra, y Cólera contra este pueblo;
24 y caerán a filo de espada, y serán llevados cautivos a todas las
naciones, y = Jerusalén = será = pisoteada por los gentiles, = hasta que se
cumpla el tiempo de los gentiles.
25 «Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra,
angustia de las gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas,
26 muriéndose los hombres de terror y de ansiedad por las cosas que
vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán sacudidas.
27 Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran
poder y gloria.
28 Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad
la cabeza porque se acerca vuestra liberación.»
29 Les añadió una parábola: «Mirad la higuera y todos los árboles.
30 Cuando ya echan brotes, al verlos, sabéis que el verano está ya
cerca.
31 Así también vosotros, cuando veáis que sucede esto, sabed que el
Reino de Dios está cerca.
32 Yo os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto
suceda.
33 El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
34 «Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el
libertinaje, por la embriaguez y por las preocupaciones de la vida, y venga
aquel Día de improviso sobre vosotros,